Por Eileen B. Wyner, enfermera practicante
Bulfinch Medical Group
El otoño ha llegado a Nueva Inglaterra, ¡es mi época del año preferida! El aire está algo fresco en las mañanas, el cielo, azul brillante, y hay una sensación de nuevo comienzo alrededor. En esta época del año vienen a mi mente los mismos pensamientos que venían cuando era niña: ¡es hora de volver a clase! Siempre me gustó prepararme para ir a la escuela, desde los primeros grados hasta que egresé. Como adulta, mi enfoque es en ciertos aspectos diferente del que tenía mi madre hace 40 años, pero en muchos otros aspectos es igual. Analizo la vida a mi alrededor, trato de organizarme y disfruto del nuevo comienzo. Esta época del año ofrece también una nueva oportunidad. Es un momento excelente para regalarse un control médico y echar un vistazo a lo que debemos hacer para estar saludables.
Comencemos por nuestra vacunación. Las más comunes son la vacuna contra la gripe y la vacuna antineumocócica. La vacuna contra la gripe es una única inyección anual que protege tanto de la gripe estacional como de la H1N1 (si es alérgico a los huevos, no se aplique esta vacuna, y postergue su aplicación si está enfermo y tiene fiebre). La vacuna antineumocócica se aplica a partir de los 65 años y a aquellas personas que padezcan afecciones médicas crónicas. Se recomienda una vacuna de refuerzo cinco años más tarde pero, por el momento, no se sugiere volver a vacunarse después del refuerzo. Otras dos vacunas que deben tenerse en cuenta son las vacunas contra el tétanos y contra el herpes zoster. La vacuna antitetánica es para prevenir el tétanos, una enfermedad que afecta el sistema nervioso central y que es causada cuando la piel se rompe con un objeto que está sucio. Esta vacuna debe actualizarse cada 10 años de por vida. La vacuna contra el herpes zoster, también para personas mayores de 60 años, previene el herpes zoster o culebrilla, una enfermedad provocada por el virus varicela zoster (el mismo que causa la varicela). Ahora, hay circunstancias en que estas vacunas podrían no ser las ideales para usted. Estas son sugerencias generales. Debe hablar con su proveedor de atención de la salud para decidir qué es lo mejor para usted.
El cambio de estación es también buen momento para revisar el cuidado que usted mismo hace de su diabetes. Haga un inventario de cómo anda todo. ¿Tiene sus exámenes oftalmológicos al día? Es necesario hacerse un examen con pupila dilatada al menos una vez al año a fin de detectar una posible retinopatía. ¿Cuándo vio al dentista por última vez? Es un buen hábito hacerse un examen odontológico y una limpieza cada seis meses para reducir las posibilidades de infección. ¿Lo ha examinado el podólogo? Es buena idea hacerse un examen de los pies por lo menos una vez al año. ¿Ha visto a su educador en diabetes este año? Es una excelente oportunidad para revisar su programa personal para la diabetes y sus lecturas en casa para ver si están dentro de los valores deseados. Si no lo están, habrá que identificar estrategias para ayudarlo a lograr el objetivo. Es también una buena ocasión para ver al especialista en nutrición para revisar su plan de comidas y hacer cambios si es necesario. Puede, además, actualizar sus análisis de laboratorio, si ya es tiempo. Recuerde que, en general, debe hacerse un control de la A1C y los lípidos cada seis meses.
La verdad es que todos llevamos una vida muy ajetreada y siempre es bueno tomarse un descanso, encontrarse con uno mismo y ver qué es lo que necesitamos hacer para cuidarnos. De modo que, como tarea para el hogar, piense en lo que acabo de explicar. Tome un nuevo cuaderno y dedíquese un tiempo para decidir qué es lo que USTED debe hacer por USTED. Se alegrará de haberlo hecho.